Viva la serigrafía!

     Queremos contarte alguna cosilla sobre nuestras camisetas y la satisfacción que nos produce hacerlas de la mejor manera que conocemos. Así que te hemos preparado este rollazo, muy didáctico y ameno de principio a fin, para que que tengas precisa información sobre qué hacemos, qué no hacemos y cómo nos lo montamos.
    
Queremos ser bien claros porque nos gusta comprar camisetas y lamentamos que en la mayoría de sitios no se muestre la mínima información sobre el producto; ni qué tipo de camiseta es (las características y la calidad de la prenda en sí), ni cómo está impresa (la técnica que se ha usado).
     Tal vez ni lo sepan, pues muchos de los que venden camisetas no las imprimen ellos.
Queremos que sepas qué estás comprando y que si te llevas alguna sorpresa, sea buena y sientas que has hecho la mejor inversión en camisetas.
     Pero antes de continuar, voy a acabar de poner a caldo a estos ignominiosos. Su hermetismo es exagerado. Para ellos, el comprador no debe ser importante ni siquiera la información básica. Qué más da… mientras la imagen esté de alguna manera en la camiseta, ya han cumplido con su parte del trato.
     A veces un discreto “screen printing” para decirte que ha sido realizado mediante serigrafía… con la de cosas que abarca! Puede ser un nefasto tránsfer de plastisol (impreso en serigrafía en un papel y luego transferido con calor).
     Se llama comprar a ciegas. Y así da gusto tirar el dinero.
     Luego llega la camiseta… y la imagen es un trozo de plástico pegado… o el tamaño de la imagen con respecto a la camiseta no es el de la foto, que era de mentirijillas… o la definición del dibujo es penosa… o, un tiempo después, la tinta va desapareciendo al tercer lavado, o se agrieta y comienza a desconcharse… o, simplemente, la camiseta en sí es de mala calidad,  se encoge al primer lavado, rasca y pica.
     Muchas de las imágenes que las anuncian son montajes del dibujo sobre una imagen de alguien que lleva una camiseta. Se llaman mock-ups y dan bastante el pego, mostrando las arrugas del tejido y la imagen adaptándose al volumen. Pero os podéis imaginar la poca fiabilidad que esto tiene.

AMIGA SERIGRAFÍA Y BUENAS TINTAS

     Imprimimos todas nuestras camisetas con la fantástica técnica de la serigrafía. Directamente a la camiseta, y de la manera más tradicional; manualmente. No tan artesanalmente como hace 3000 años en la antigua China, pero estampando también, de una en una, con estas manitas.
     Por su efectividad para crear copias iguales, esta técnica aún no ha sido superada y es posible imprimir gran cantidad de materiales: papel, plásticos, madera… cada uno requiere un tipo de tinta diferente.
     Y puedes conseguir los detalles más increíbles. Cuanto más fin
a es la malla por la que pasa la tinta, más definición tiene la imagen.
     Para imprimir sobre textil puedes usar diferentes tintas. Nuestras camisetas han sido impresas con las más inocuas: laca, imprescindible cuando la tinta tiene que opacar bien (color claro en prenda oscura) o bien con acraminas (para prenda clara). Ambas son solubles al agua. El color de la acramina se suma al color de la camiseta. Más que pintarla, la tiñe. Una acramina color azul claro sobre una camiseta amarilla dará lugar a un verde. Se suelen usar sobre camisetas blancas para que no haya sorpresas, pero a nosotros nos gusta hacer experimentos y usarla en cuanto hay ocasión. No se nota ninguna capa de tinta (como con la laca), quedando la imagen totalmente integrada con el tejido, que conserva totalmente intactas su suavidad, flexibilidad… Es la tinta más inocua para imprimir sobre textil y solamente sirve para el algodón.

NO NOS GUSTA NI EN PINTURA

     No usamos tintas plastisol. Los solventes que se evaporan continuamente de estas tintas son cancerígenos y dañinos para el medio ambiente. Su uso está prohibido en muchos países, pues cabe la posibilidad de que un bebé se lo lleve a la boca y chupe los ftalatos.
     El plastisol puede usarse para imprimir directamente sobre el textil pero también en un papel especial para conseguir un tránsfer de plastisol.
     Estas tiendas, donde la imagen elegida puedes ponerla sobre múltiple variedad de colores y tipos de camisetas, usan esta técnica. No hace falta gastar ninguna prenda (es su gran ventaja); se imprimen (en espejo) sobre ese papel (en serigrafía, a una o más tintas) un determinado número de copias y luego se secan con calor. Pero no se seca del todo, queda como latente; y cuando llega el momento, se coloca el papel sobre el tejido (el lado impreso contra la camiseta), se plancha con bastante calor y presión y la tinta se transfiere al tejido.
     Reconocerás fácilmente el plastisol porque crea una película plasticosa sobre la tela. Opaca muy bien sobre tejidos oscuros, es flexible, se puede estirar con el tejido… pero de tan plasticosa, tras someterse a las temperaturas de los lavados, a la luz… con frecuencia, al poco tiempo comienza a agrietarse. Y luego, poco a poco, empezarán a desprenderse trocitos de la tinta. Aquella imagen tan resplandeciente irá desapareciendo mientras nos invade una sensación parecida a la de esas catástrofes en las que se abren grietas en las calles y se ve el magma dentro.
     Hay otros métodos para imprimir una camiseta además de la serigrafía. También hay páginas que venden camisetas “impresas” con vinilo textil. Más plástico. Fabricados con PVC (poliuretanos y policloruros) vienen en bobinas para recortar con un plotter de corte. Los colores que se fabrican son bastante limitados. Una vez la cuchilla ha hecho el corte, hay que retirar las partes sobrantes (el descarte) y planchándolo unos segundos, con presión, queda adherido a la camiseta. Aunque estos materiales se fabrican cada vez más finos, no deja de ser una película de plástico que no va a permitir la transpiración de tu piel en esa zona. Y suele crear un contraste exagerado con el algodón, que es más flexible. Con los lavados, es fácil que el algodón encoja un poco (o bien ceda) y se creen arrugas y horribles tensiones alrededor del vinilo, que irá evolucionando de otra manera, seguramente encogiéndose. Eso sí, crea un pronunciado efecto de tensa calma y genera, en el usuario, un constante despliegue de estériles estirones y contorsiones.
     No son dibujos con mucho detalle… cosas sencillas pues, como decíamos, lo corta una máquina que necesita que la imagen sea un trazado vectorial, no muy complejo para que el trabajo de descarte no resulte desesperante. Tampoco permite hacer líneas muy finas.
     Hay quien hace sus camisetas así, y pretende venderlo como la mejor opción contra el “timo” de la serigrafía, en la que la tinta se va con los lavados… Qué manera de darle la vuelta a las cosas!
     Otro método es el vinilo textil impreso. Es un material parecido, blanco, sobre el que se puede imprimir y luego recortar la forma que quieras (perfilarlo). Las tintas aguantan bien los lavados, pero estamos en lo mismo; una lámina de plástico pegada en tu camiseta.
     Seguro que has tenido una camiseta con el cartel de una película… o con la portada de un disco. Te la pusiste ilusionado por primera vez y al instante experimentaste, la sensación de llevar el mismísimo disco de vinilo, con su tapa y funda, pegado a tu camiseta colgando de tu pecho. La camiseta quedará abandonada en un rincón del armario como ejemplo inmejorable de una compra a ciegas. Muy desesperado hay que estar para sacarla de debajo de la pila de camisetas… No sirve ni con un jersey encima. Tanta superficie, con semejante rigidez (opuesta a la ligereza del algodón), produce un irritante rozamiento, refinada tortura, en zonas donde solo queremos besitos.
     El tránsfer tradicional. Se imprime la imagen con impresora láser, en espejo, sobre un papel especial. Luego se plancha a alta temperatura a la camiseta, transfiriéndose el tóner junto con un barniz protector. No suelen aguantar muy bien los lavados. Más te vale rogar a la divina providencia que jamás te toque esta suerte.
     Técnica reciente es la sublimación, otra manera de transferir por calor la tinta que previamente has imprimido con una impresora especial. Pero solamente funciona en prendas de poliéster (el calor que es necesario aplicar destruiría el algodón). Así que se fabrican camisetas, 100% poliéster, con tacto de algodón, para imprimirlas con esta técnica.
     Es muy económico y un buen invento, eso sí, para personalizar ropa técnica (deportiva, de poliéster). Esas camisetas que están imprimidas por toda la prenda se hacen de esta manera; se sublima sobre la tela lisa, sin confeccionar,  y luego se corta y cose la prenda.
     Más moderna es la llamada serigrafía digital, que de serigrafía no tiene nada. También denominada impresión directa. Es un plotter que imprime directamente la camiseta en cuatricromía (tintas CMYK) dando primero una base blanca cuando tiene que opacar una prenda oscura. Para que no se obturen tanto los tubitos por donde pasa la tinta, funcionan con tintas parecidas al plastisol, que suelen quedar bastante plasticosas. La calidad del resultado puede variar mucho según la máquina y su estado de funcionamiento, las tintas empleadas, el tejido sobre el que se aplica, etc.
     Como decimos; con serigrafía tradicional, una buena tinta y un buen secado, tendrás una imagen permanente e imborrable sobre tu camiseta, que podrán heredar los hijos de tus hijos, los hijos de los hijos de los hijos de sus hijos, y los del vecino o pariente más próximo con gustos parecidos. Sobrevivirá los cataclismos cósmicos y perdurará en el tiempo interdimensional cuando ya todos estemos de juerga a la velocidad de la luz.